La inercia térmica se puede sentir si penetramos en un edificio histórico con muros amplios. Normalmente sentiremos frescor y alivio, en pleno verano, porque el gran espesor de los muros históricos han hecho de inercia térmica.
Sin embargo, si repetimos la misma experiencia de inercia térmica en un edificio histórico como el Museo Cenácolo del Convento Santa María delle Grazie, en Milano, Italia, veremos que sudamos en el interior apenas hay diferencia de temperatura con el exterior.
¿ Porque se da esto ? El edificio está ejecutado íntegramente con ladrillos cerámicos. Estos ladrillos cerámicos absorben el calor de la radiación solar y los transmiten al interior. Si, como sucede en verano, no baja mucho la temperatura en verano, tenemos un horno en el interior, a pesar del gran espesor de los muros.
Por tanto concluimos que una fachada sin aislar, cerámica, como son las fachadas caravistas en España, es muy positiva para aislar contra el frío, porque ayudará a mantener el frío en el invierno, gracias a la acumulación de radiación solar, pero pésima para aislar contra el calor en verano.
Y claramente necesita un aislamiento para que en verano no sentamos que la casa se ha convertido en un horno, por mucho que ayude la inercia térmica de grandes espesores.
Museo Canácolo del Convento Santa María delle Grazie, Milano, Italia, con fachada de ladrillo cerámico
Inercia térmica en la catedral de Milano
La inercia térmica en el caso de la catedral histórica de Milano, se puede sentir claramente al entrar en la catedral baja la temperatura varios grados y se está agradable, a 25 grados Cº, con una temperatura de +35 Cº grados al exterior.
Pero no solo es la inercia térmica, generada por los muros de gran espesor. Si nos fijamos bien, el material es de mármol. Este material, es de color blanco, y por tanto refleja la radiación térmica solar. En este edificio sucede lo contrario que en el anterior, a pesar de tratarse de 2 grandes edificios, con espesores importantes en sus fachadas.
En invierno el marmol transmite frío al interior, por lo que será incómodo, y no absorbe la radiación solar, mientras en el Convento de Santa María delle Grazie estaremos confortables, gracias a la absorción de las ondas electromagnéticas solares absorbidas y mantenida por el efecto de inercia térmica.
Concluimos que en todo caso siempre ayudará a mejorar el confort un aislamiento, y que a falta de este, como es el caso en los edificios históricos, estaremos mas confortables en edificios cerámicos en invierno y mas fresquitos en edificios revestidos de mármol en verano.
La inercia térmica es por tanto, solo uno de los factores que inciden, junto a la existencia y el espesor del aislamiento y el tipo de material absorbente o reflectante, en el confort, tanto en el invierno como en el verano.
Catedral de Milano, fachadas ejecutadas con piedra de Mármol.
La inercia térmica en la cultura árabe:
En la época de dominación árabe no existía el aire acondicionado. Se empleaban técnicas como la de la inercia térmica, la elección de colores reflectantes en verano, como la cal blanca, el diseño de calles estrechas y ventanas pequeñas en las ventanas, para maximizar sombras.
Todas estas técnicas de arquitectura árabe se ha ido perdiendo con la llegada de tecnologías como el aire acondicionado, y diseños con grandes cristaleras de edificios comerciales, hoy visibles en pleno desierto en ciudades árabes como Riad, lo cuales devoran gran cantidad de energía, por lo que merece la pena reflexionar y recuperar técnicas tales como la «inercia térmica», los colores reflexivos y técnicas de generación de sombras para mejorar el confort sin derrochar energía.
Medina Árabe, generación de sombras, colores reflectantes, escasas ventanas diminutas y grandes espesores de fachadas con inercia térmica.