La pregunta que se hace el usuario de una vivienda de que pasa si se cierra un radiador de la calefacción, el lógica si se observa el ahorro de la factura de gas, gasóleo o electricidad que ello puede conllevar (sobretodo si no depende de una calefacción central).
Pero apagar radiadores o cerrar algunos radiadores para ahorrar energía conlleva un riesgo de salubridad que casi todos los usarios desconocen.
Cerrar los radiadores para ahorrar en viviendas que están habitadas, significa que en el momento que se cerrará la llave del sistema de calefacción, empezará a bajar la temperatura en el recinto con los radiadores cerrados.
El tema espinoso es que el aire requiere de una temperatura alta para poder almacenar todo el vapor que emitimos los humanos (al ducharse con agua caliente, al cocinar, al secar la ropa, al mantener plantes, al encender calefacciones de butano…etc…)
Al bajar esa temperatura, el aire pasa de absorber el vapor a colapsarse, y con una humedad del 100% comienza la condensación en todas las superficies frías.
Luego ahorrar en calefacción puede suponer un comienzo del proceso de condensación en los puentes térmicos (vigas, pilares, vidrios y superficies frías o no aisladas).
Por ello los expertos recomiendan bajar la temperatura ligeramente, pero sin llegar a apagar la calefacción, asegurándonos que las superficies frías nunca estén por debajo del punto de rocío, o cerca de el.
