La estanqueidad al aire y al viento es un principio fundamental para un funcionamiento idóneo del aislamiento térmico y el control de las demandas energéticas. Debido a fugas en la envolvente del edificio el aire caliente o corrientes de aire fluye de manera incontrolada al exterior siendo sustituido por aire frío. Ello se potencia aun mas cuando contamos con sistemas de ventilación mecánicos.
Ese aire frío debe calentarse de nuevo por la calefacción. Se puede perder hasta un 60% de la energía por esta vía si no existe una estanqueidad al aire.
Se puede deteriorar la estructura, se puede reducir el aislamiento, desde aire seco hasta suelos fríos pueden ser causados por fugas en la envolvente.
El efecto de aislamiento puede deteriorarse significativamente por falta de estanqueidad al aire.
Las exigencias a envolventes, la eliminación de puentes térmicos y la estanqueidad de los edificios como la edificación de consumo energético bajo o tipo Passivhaus requieren soluciones mas complejas para conseguir el rendimiento energético adecuado.
Estos productos especiales de estanqueidad al aire como barreras de vapor, cintas especiales, juntas para sellar el flujo de aire en zonas de paso o juntas abrazaderas para pasos de tubos o pasos tienen mucho éxito con arquitectos, constructores e instaladores.
Esta capa debe proteger el elemento constructivo frente lluvia a viento, debe garantizar por tanto la estanqueidad al agua de lluvia y al viento. Sin un plano estanco al viento, el elemento constructivo es atravesado por el viento y el aire exterior, reduciéndose sus características de rendimiento aislante. Si además se permite la entrada de humedad, pueden darse casos de deterioro material del recinto y reducción del aislamiento acústico.
Desde el interior la estanqueidad al aire trata de evitar que el vapor de agua y la humedad contenido en el aire interior entre en el plano de aislamiento. La capa estanca al aire tiene que estar siempre en el lado caliente de los elementos constructivos de la a envolvente.
Incluso en casas bien aisladas, con una supuesta alta eficiencia energética, las fugas en la envolvente por falta de estanqueidad al aire pueden causar hasta un 60% de pérdidas energéticas, y echar por tierra el ahorro energético.
Una envolvente estanca no solo protege contra frío en invierno, sino también contra el calor en verano. Las juntas en elementos constructivos exteriores empeoran el efecto del aislamiento de forma considerable.
Las condensaciones de agua llevan a un empeoramiento del valor U de un elemento constructivo. Peor son los deterioros si la humedad no es capaz de secarse con rapidez. Se estima que dos tercios de todos los deterioros por humedad se deben a una estanqueidad al aire deficiente.
El “tornado que sale de un enchufe” limita el confort dentro de una vivienda de forma considerable, debido a la falta de estanqueidad al aire. Todos conocemos el efecto de pies fríos.
Las fisuras o los escapes en el recinto contaminan el clima del recinto debido a partículas de aislamiento o polvo que penetran con el aire. Aislando paredes con nuestros productos estancos aseguramos una calidad de aire alta. (Siempre y cuando haya equipos de ventilación que funcionen y que ventilen correctamente).
Usaremos sistemas de ventilación con recuperador de calor para los edificios estancos. En caso contrario, el funcionamiento del equipo estaría comprometido. El valor máximo admisible del límite admisible de renovación de aire para la envolvente es la mitad del valor que se utilizan en edificios sin ventilación forzada.
Incluso contando con un aislamiento acústico bueno, las juntas y fisuras existentes de un recinto pueden elevar el nivel de ruido percibido sustancialmente. Las ondas sonoras penetran por las fisuras mas pequeñas. Con nuestros sistemas de estanqueidad de aire, los ruidos molestos se quedan donde tienen que estar, es decir: afuera.
Una buena envolvente del edificio funciona como un plumífero: Hay una capa exterior, una capa interior y entre ambos un aislamiento.
Cada edifico necesita una envolvente interior y exterior para mantenerse estanco y protegerse contra el viento y el tiempo en el exterior a la vez que en el interior ofrece confort y abrigo.
La estanqueidad al aire de la envolvente térmica se ensaya con el ensayo Blower Door. Se puede ensayar colocando un ventilador en puerta o ventana y creando una presión de 50 pa. En las casas pasivas está prescrito un test de infiltraciones de aire.
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