El gas radón es un gas noble inodoro e insípido invisible y muy pesado.
Es un derivado gas radiactivo que proviene del Uranio. Puede salir a la superficie terrestre a través de fisuras. Especialmente en zonas en las que abunda el granito.
Las zonas de Galicia y en las zonas de la Sierra Madrileña son zonas expuestas al gas con unos niveles altos. El resto de las zonas tiene un nivel de concentraciones de radón medias a bajas, por tanto pueden considerarse zonas no expuestas al radón.
Si hay muchas piedras de granito en la zona en la que vive, es muy probable que exista una exposición al radón alta, ya que estos minerales contienen radón.
El peligro del gas radioactivo está sobre todo en sus descendientes de vida corta: 218Po y 214Po. Existe también una exposición externa causada por la radiación gamma directa. Sin embargo el riesgo principal está en las partículas alfa.
La radiación alfa es relativamente poco peligrosa fuera del cuerpo.
La epidermis nos protege de ella. El principal problema viene cuando se inhala. Las partículas radiactivas se adhieren en el pulmón y pueden dañar las células.
Ahí pueden emitir radiación alfa. La absorción de esta radiación eleva el riesgo de Cáncer.
En EE. UU. este gas radioactivo está considerado la segunda causa principal de cáncer de pulmón. La exposición a la radiación es por tanto responsable de muertes por cáncer de pulmón, 2a causa después del tabaco.
La recomendación de protección radiológica avalada por el consejo de seguridad nuclear y la agencia protección ambiental en Europa establece el se tomen medidas cuando los niveles de radón presenten concentraciones superiores a 400 Bq/m3.
Y el nivel de diseño de nuevas viviendas no debe estar expuestos a niveles superiores a los 200 Bq/m3.
La presencia del gas al aire libre no se considera peligrosa, se considera una radiación natural, pero el gas radioactivo si se puede acumular en las viviendas, especialmente en los sótanos. Ahí es donde encontraremos los niveles altos, con la presencia del gas radón aumentan el riesgo de enfermedades.
Las fuentes de radón en domicilios son principalmente.
El gas radón puede penetrar en el edificio por todas las aberturas. Independientemente de lo grandes o pequeñas que sean.
Desde pequeñas fisuras y orificios como los poros de bloques de cemento.
Factor de riesgo del gas radón: Tarda en reducirse a la mitad unos 4.500 millones de años. En cambio el gas radón tarda 3,8 días. Siempre habrá uranio y radio que se transforme en gas radón.
El gas es capaz de entrar en la vivienda por diferencia de presión en el suelo.
El tipo de suelo, como el granito es el factor más importante. Cuanto más grietas, mas gas radón entrará. Por este motivo el sótano, en caso de haberlo, es el que mayor concentración sufrirá.
El gas acumulado en el sótano puede emigrar hacia la primera planta.
Las aguas subterráneas pueden poseer niveles altos de gas radón.
Cuando el agua sale de los grifos una gran parte del gas radón que contiene se desprende y se incorpora a la atmósfera circundante.
El gas natural también contiene gas radón.
La presión es el factor más relevante. Las bajas presiones generan un gradiente positivo entre el terreno y el interior del módulo y por lo tanto aumenta el riesgo de la concentración de gas radón en el interior de los hogares.
La temperatura influye en la presión.
La lluvia también influye porque satura los poros en el terreno, reduce su permeabilidad en el entorno dejando como vía preferente de escape el terreno seco bajo la vivienda.
Esto ocurre sobre todo para tasas de precipitaciones altas.
El viento influye de manera positiva a efectos de ventilación, ya que induce a corrientes en el interior disminuyendo la concentración de gas radón.
Dado que el gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, en el ámbito europeo se ha requerido una regulación sobre gas radón.
La nueva directiva europea de protección radiológica. Es la Directiva 2013/59/ Euratom. En la directiva se establece un nivel de referencia de 300 Bq/m3. No se distingue entre edificios nuevos, antiguos o edificios de acceso público.
Se contempla la posibilidad de que los países implanten un nivel de referencia más alto siempre que lo justifiquen.
Actualmente, en países europeos como Alemania e Inglaterra se recomienda no asumir un riesgo potencial del gas radón por encima de los 100 Bq/m3 y si se llega a 200 Bq/m3 se considera como riesgo.
Ello va en consonancia con la agencia de protección ambiental epa de Estados Unidos, que recomienda igualmente no sobrepasar ese umbral de radiación.
Para mitigar el gas radón existen múltiples sistemas de medidas de protección. Cuando estos se instalan en una obra nueva, de acuerdo con el correspondiente proyecto, es fácil evitar la entrada de gas radón en la vivienda.
En las viviendas existentes, es mucho mas difícil poder garantizar una ausencia notable de este gas radioactivo, ya que no existen las barreras necesarias.
Así se recomienda por ejemplo establecer una lámina de radón en todo el sótano que evite el paso del gas del subsuelo al interior. Igualmente se recomienda crear pozos o cámaras bufas de recogida de gas, en las que estos son evacuados mediante ventiladores especiales al exterior.
Todo ello en rehabilitación es difícil de ejecutar con éxito. Por ello proponemos unas soluciones mas viables técnicamente y sobre todo económicamente.
Con una ventilación muy grande las atmósferas interior y exterior son prácticamente indistinguibles.
Lo que quiere decir que una ventilación superior a la normal hará disminuir a la concentración del gas radón interior. La aireación natural se da en el recinto por el paso del aire a través de las aperturas (ventanas, grietas y fisuras).
También por la acción del viento y por la diferencia de temperatura y presión existente entre el aire interior y exterior.
Se puede reforzar el sistema de ventilación instalando un sistema con lámina anti-radón debajo de la solera de la vivienda.
Se puede reducir los niveles del gas radioactivo con instalación de ventilación con recuperador de calor. De esta forma se ventila de forma natural sin crear subpresión, las 24h reduciéndolo los niveles de gas radón radiactivo sustancialmente. Ahorraremos además energía.
Existe un amplio mercado de detectores domésticos de uso particular. En el ámbito profesional existen diferentes tipos como lo son el detector de carbono activo, detectores sólido-traza y detectores de silicio que miden el gas.
Nosotros comercializamos además un aparato capaz de detectar el origen del gas radón con precisión, con ayuda del ensayo Blower Door, el radón-sniffer. Aquí tenemos su hoja técnica, su guía breve y manual.
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El peligro del gas radioactivo está sobre todo en sus descendientes de vida corta: 218Po y 214Po. Existe también una exposición externa causada por la radiación gamma directa. Sin embargo el riesgo principal está en las partículas alfa.
La radiación alfa es relativamente poco peligrosa fuera del cuerpo.
La epidermis nos protege de ella. El principal problema viene cuando se inhala. Las partículas radiactivas se adhieren en el pulmón y pueden dañar las células.
Ahí pueden emitir radiación alfa. La absorción de esta radiación eleva el riesgo de Cáncer.
En EE. UU. este gas radioactivo está considerado la segunda causa principal de cáncer de pulmón. La exposición a la radiación es por tanto responsable de muertes por cáncer de pulmón, 2a causa después del tabaco.
La recomendación de protección radiológica avalada por el consejo de seguridad nuclear y la agencia protección ambiental en Europa establece el se tomen medidas cuando el radón presenta concentraciones por encima de 400 Bq/m3.
Y el nivel de diseño de nuevas viviendas no debe estar expuestos a niveles superiores a los 200 Bq/m3.
La presencia del gas al aire libre no se considera peligrosa, pero el gas radioactivo si se puede acumular en las viviendas, especialmente en los sótanos. Ahí es donde encontraremos los niveles altos de radón.
Según este mapa del potencial riesgo oficial de gas radón en España, en la región de Madrid se superan todos los niveles admisibles de EEUU (148 Bq/m3 ). En la sierra se llegan a niveles categorizados como de exposición alta > 300 BQ/m3 (rojo).
Las fuentes de radón en domicilios son principalmente.
El gas radón puede penetrar en el edificio por todas las aberturas. Independientemente de lo grandes o pequeñas que sean.
Desde pequeñas fisuras y orificios como los poros de bloques de cemento.
Factor de riesgo del gas radón: Tarda en reducirse a la mitad unos 4.500 millones de años. En cambio el gas radón tarda 3,8 días. Siempre habrá uranio y radio que se transforme en gas radón.
La presión es el factor más relevante. Las bajas presiones generan un gradiente positivo entre el terreno y el interior del módulo y por lo tanto aumenta el riesgo de la concentración de gas radón en el interior de los hogares.
La temperatura influye en la presión.
La lluvia también influye porque satura los poros en el terreno, reduce su permeabilidad en el entorno dejando como vía preferente de escape el terreno seco bajo la vivienda.
Esto ocurre sobre todo para tasas de precipitaciones altas.
El viento influye de manera positiva a efectos de ventilación, ya que induce a corrientes en el interior disminuyendo la concentración de gas radón.
La presión es el factor más relevante. Las bajas presiones generan un gradiente positivo entre el terreno y el interior del módulo y por lo tanto aumenta el riesgo de la concentración de gas radón en el interior de los hogares.
La temperatura influye en la presión.
La lluvia también influye porque satura los poros en el terreno, reduce su permeabilidad en el entorno dejando como vía preferente de escape el terreno seco bajo la vivienda.
Esto ocurre sobre todo para tasas de precipitaciones altas.
El viento influye de manera positiva a efectos de ventilación, ya que induce a corrientes en el interior disminuyendo la concentración de gas radón.
Dado que el gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón, en el ámbito europeo se ha requerido una regulación sobre gas radón.
La nueva directiva europea de protección radiológica. Es la Directiva 2013/59/ Euratom. En la directiva se establece un nivel de referencia de 300 Bq/m3. No se distingue entre edificios nuevos, antiguos o edificios de acceso público.
Se contempla la posibilidad de que los países implanten un nivel de referencia más alto siempre que lo justifiquen.
Actualmente, en países europeos como Alemania e Inglaterra se recomienda no asumir un riesgo potencial del gas radón por encima de los 100 Bq/m3 y si se llega a 200 Bq/m3 se considera como riesgo. Ello va en consonancia con la agencia de protección ambiental epa de Estados Unidos, que recomienda igualmente no sobrepasar ese umbral de radiación.
1
Ventilación natural
Con una ventilación muy grande las atmósferas interior y exterior son prácticamente indistinguibles. Lo que quiere decir que una ventilación superior a la normal hará disminuir a la concentración del gas radón interior.
La aireación natural se da en el recinto por el paso del aire a través de las aperturas (ventanas, grietas y fisuras). También por la acción del viento y por la diferencia de temperatura y presión existente entre el aire interior y exterior.
Se puede reforzar el sistema de ventilación instalando un sistema con lámina anti-radón debajo de la solera de la vivienda.
2
Sistemas de ventilación y evacuación mecánica
Se puede reducir los niveles del gas radioactivo con instalación de ventilación con recuperador de calor. De esta forma se ventila de forma natural sin crear subpresión, las 24h reduciéndolo los niveles de gas radón radiactivo sustancialmente. Ahorraremos además energía.
3
Medidas de vigilancia y control: sistemas de detección
Existe un amplio mercado de detectores domésticos de uso particular.
En el ámbito profesional existen diferentes tipos como lo son el detector de carbono activo, detectores sólido-traza y detectores de silicio que miden el gas. Nosotros comercializamos además un aparato capaz de detectar el origen del gas radón con precisión, con ayuda del ensayo Blower Door, el radón-sniffer. Aquí tenemos su hoja técnica, su guía breve y manual.
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