El aislamiento térmico de suelos
El aislamiento térmico de suelo puede ser necesario cuando el espacio ubicado debajo de la vivienda, es un espacio no calefactado, tales como porches, locales vacíos, garajes, cuarto de calderas, cuartos de servicios comunitarios, etc…
En España en las comunidades de viviendas, es frecuente que el local bajo el primer paso, no esté calefactado. Ello lleva a grandes pérdidas de calor y una falta de confort térmico notable. Se requiere un aislante con resistencia térmica adecuada en estos casos.
En estos casos existen dos alternativas si se quiere lograr un confort adecuado: O aislar el propio suelo, con un aislamiento térmico de suelo o aislar el techo del recinto inferior.
Efecto del confort en el aislamiento térmico de suelos.
Debido a la ley física de densidades, se generan corrientes de aire cuando la densidad de aire sube debido al calentamiento.
Por tanto, por efecto de convección, el aire de la calefacción caliente termina calentando los estratos superiores del aire de la vivienda con aire caliente, mientras que en los estratos bajos se acumula el aire frío.
Para mejorar el confort, y dejar de sentir los pies fríos, es recomendable realizar una actuación térmica en el suelo.
De esta forma, con un buen aislamiento térmico de suelos, se preservarán los estratos mas bajos manteniendo una temperatura agradable y se eliminarán los efectos de la convención y las corrientes de aire frío.
Materiales recomendables:
Para aislar los suelos pueden utilizarse materiales como el poliestireno extruido, cuando estamos en sótanos y necesitamos un material con resistencia a la compresión.
Para este tipo de aislamiento térmico de suelos, estos materiales son preferibles al poliestireno expandido o a los aislantes reflexivos, ya que aguantan mejor la carga de los enseres muebles y losas de hormigón.
El tipo de aislamiento térmico de suelos, cuando hay cámara de aire para aislar térmicamente y el espesor es reducido, podría ser el corcho expandido.
Otro material aislante muy usado en construcciones de madera para el aislamiento térmico de suelos es la celulosa.
Cuando busquemos un aislante térmico con propiedades de aislamiento acústico, nos servirán los aislamientos porosos o fibrosos como la lana mineral, (también llamada lana de vidrio o fibra de vidrio) o lana de roca, o la celulosa, destacando entre estos materiales el corcho, por ser además de fibroso o poroso, elástico.
Técnicas de aislamiento
Para aumentar el confort térmico y generar un ahorro energético podremos en primer lugar averiguar si existen cavidades en el suelo que queremos aislar.
El aislamiento térmico del suelo nos ayudará a conseguir un grado de eficiencia energético alto.
Existen métodos de aislamiento insuflado o soplado que nos pueden facilitar esta tarea, si se dan las condiciones constructivas.
En el caso del aislamiento insuflado necesitamos una cavidad que rellenar. El relleno se realizará a presión.
Esa presión hidráulica nos garantiza que el aislamiento se repartirá perfectamente en las cavidades, rellenándolas a tope.
Por lo contrario, si no tenemos cavidad, y no utilizamos el suelo que queremos aislar:
Por ejemplo en el caso de una buhardilla no habitada, podemos proyectar sobre el suelo un aislamiento térmico de suelos mediante soplado.
Dejamos que el aislante salga de una manguera, y repartiendo este aislante que sale a granel, hasta que llegue a la altura necesaria de aislamiento, que generalmente tiene un espesor muy generoso.
Finalmente, sin no disponemos de cavidades, ni entramados de madera con espacios, ni se trata de un suelo en una buhardilla sin usar, que será la mayoría de los casos, podremos optar por otras soluciones de aislamiento, como indicábamos al principio, por aislar desde el techo del recinto vecino, mediante insuflado.
Podría realizarse con facilidad en porches de Comunidades de Vecinos, o con el consentimiento del dueño del local, Parking o recinto ubicado debajo de la vivienda.
Al realizar medidas de aislamiento térmico debemos contemplar el aislamiento térmico y acústico, ya que los materiales empleados suelen tener propiedades acústicas también.
Ejemplo de aislamiento térmico insuflado con celulosa en un espacio rodeado por estructuras de madera. Se puede apreciar la distribución del aislante para suelos mediante efecto de presión hidráulica.